¿Qué es la artritis reumatoide?

1. ¿Qué es la artritis reumatoide?

La artritis es la inflamación de las articulaciones, que son las zonas del organismo donde se unen dos huesos, tales como los codos, los nudillos de las manos y las rodillas, y se caracteriza por dolor, hinchazón y sensación de entumecimiento o rigidez en ellas. Estos síntomas pueden durar solo unos días o semanas, es decir, tratarse de artritis aguda, o bien, durar meses o años, con lo que se hablaría de artritis crónica.

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune Las enfermedades autoinmunes constituyen un numeroso grupo de trastornos en los que, por razones aún no bien esclarecidas, el sistema inmunitario, encargado de la defensa del organismo, reacciona contra tejidos del propio cuerpo a los que erróneamente identifica como extraños, como si representaran una amenaza. que afecta preferentemente a las articulaciones de forma simétrica (las articulaciones en ambos lados del cuerpo, por ejemplo, ambas muñecas), pero que también puede dañar los órganos internos, por lo que debe  considerarse como una enfermedad sistémica (afecta a todo el cuerpo).

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Fases de desarrollo de la AR

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Actualmente se reconoce que el desarrollo de la AR incluye distintas fases según los criterios del Grupo de Trabajo de los Factores de Riesgo de AR de EULAR (European League Against Rheumatism) en 2012:

Fase A: existen factores genéticos relacionados con la AR.

Fase B: hay una exposición a factores de riesgo ambientales relacionados con la AR.

Fase C: se detecta autoinmunidad sistémica asociada con AR.

Fase D: hay sintomatología, pero no se detecta artritis.

Fase E: se detecta artritis, pero no puede establecerse el diagnóstico de AR. Es la Fase llamada artritis indiferenciada (AI).

Fase F: se establece el diagnóstico de AR.

Las tres primeras son fases preclínicas de la enfermedad; en la cuarta fase hay sintomatología, pero no se detecta inflamación; en la quinta se detecta inflamación; y es en la sexta fase en la que ya se puede establecer el diagnóstico de AR.

Diferencias entre artritis reumatoide y artrosis

Artritis y artrosis no son lo mismo, a pesar de que las dos son enfermedades reumáticas crónicas y degenerativas, estas tienen un origen distinto y, por lo tanto, se deben tratar con particularidad.

La artrosis es una enfermedad degenerativa y crónica, que afecta a las articulaciones. Además, provoca la pérdida de cartílago y que los huesos se rocen y se vayan desgastando.

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Factores de riesgo

Ambos trastornos comparten algunos factores de riesgo, es decir, circunstancias que favorecen la aparición y la evolución de la enfermedad:
• El sexo femenino (ambos trastornos son mucho más frecuentes en las mujeres que en los varones).
• La predisposición genética (que es particular y distinta en cada trastorno), la menopausia y la obesidad.

Sin embargo, otros factores de riesgo son bien distintos:
• Actualmente se considera que el tabaquismo, el estrés y las infecciones podrían contribuir a la aparición y progresión de la AR.
• En la artrosis son importantes la ocupación y la actividad profesional, así como la actividad física intensa, puesto que los movimientos repetitivos y la sobrecarga de las articulaciones favorecen el desgaste del cartílago articular.

2. ¿Cómo se diagnostica?

La artritis reumatoide (AR) puede resultar difícil de diagnosticar en las etapas tempranas, debido a que los signos y síntomas tempranos son similares a los de muchas otras enfermedades. No hay un análisis de sangre o hallazgo físico para confirmar el diagnóstico.

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Exploración física

Durante la exploración física, el médico revisará las articulaciones para detectar hinchazón, enrojecimiento y temperatura. El médico también puede evaluar tus reflejos y fuerza muscular.

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Análisis de sangre

Un análisis de sangre de una persona con AR presenta:

• Anemia por inflamación:También conocida como anemia por enfermedad crónica, es un tipo de anemia que afecta a las personas que tienen afecciones que causan inflamación, como las enfermedades autoinmunes. Si se tiene anemia por inflamación, es posible tener una cantidad de hierro normal, o a veces elevada, almacenada en los tejidos del cuerpo, pero una concentración baja de hierro en la sangre. La inflamación podría impedir que el cuerpo use el hierro almacenado para producir suficientes glóbulos rojos saludables, y causar anemia.

• Velocidad de sedimentación globular (VSG)Examen de sangre que mide el tiempo que tardan los glóbulos rojos o eritrocitos en depositarse en el fondo de un tubo de ensayo. o índice elevado de sedimentación de eritrocitos. Este parámetro suele estar aumentado en aquellas personas que tiene una inflamación o una infección crónica. En la mayoría de los pacientes con artritis reumatoide confirma el nivel de inflamación en las articulaciones.

• Proteína Creactiva (PCR).Es un parámetro indicador de la actividad inflamatoria en fase aguda. Se emplea para el control de la respuesta al tratamiento en un paciente con AR. Lamentablemente no es muy específica ya que se pueden encontrar valores normales de PCR en un tercio de los pacientes con artritis reumatoide. Puede indicar la presencia de un proceso inflamatorio en el cuerpo.

• Factor reumatoide (FR).Es un anticuerpo (o proteína de la sangre) que se encuentra en aproximadamente el 80% de los pacientes con artritis reumatoide, pero tan sólo en el 30% al inicio de la enfermedad Las concentraciones más elevadas se asocian a estadios avanzados de la enfermedad. No se relaciona con la actividad inflamatoria es decir que no se considera un marcador de fase aguda de la enfermedad. Este FR también está presente en otras enfermedades e incluso en individuos sanos. No es específico de la Artritis Reumatoide.

• Anticuerpos antipéptidos cíclicos citrulinados (anti-CCP). Son otro tipo de auto-anticuerpos o trozos de proteínas que se encuentran en el 60 o 70% de los pacientes con AR. Son más específicos que el FR y su medición tiene un valor pronóstico de la enfermedad. Sus niveles elevados de manera prolongada se asocian a una evolución menos benigna de la enfermedad.

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Pruebas de diagnóstico por imágenes

Las imágenes de las radiografías pueden ayudar a detectar la AR pero podría ser imágenes prácticamente normales al inicio de la enfermedad. Suelen ser más útiles en el seguimiento de la progresión de la enfermedad.

En algunos casos el médico necesita de otras exploraciones complementarias para confirmar el diagnóstico, como por ejemplo una tomografía computarizada (TC/TAC), una resonancia magnética (RM) o un análisis del líquido articular (o líquido sinovial).

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Es muy importante un diagnóstico precoz, es decir que la identificación de Artritis Reumatoide se realice en las fases iniciales de la enfermedad. Se ha demostrado que el inicio del tratamiento en estas fases tempranas mejora el control de la evolución y con ello la calidad de vida de las personas afectadas.

3. ¿Es una enfermedad frecuente?

Datos globales

La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad relativamente frecuente.

Según datos estadísticos globales:

  • 0,3% – 1% de la población mundial padece AR.
  • 3 mujeres por cada hombre padecen AR.
  • Es más frecuente entre los 40 y 60 años.

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Datos en España

En España, según las encuestas epidemiológicas más actuales, la AR afecta aproximadamente al 0,5% de la población adulta, con lo cual habría, en total, más de 200.000 afectados:

Cada año se diagnostican unos
10.000-20.000 nuevos casos.

Edad de presentación de la enfermedad

Resulta mucho más habitual en las personas mayores que en los adultos jóvenes, con una edad de inicio más frecuente entre los 40 y 60 años de edad:

En consonancia con estos datos, se estima que la AR afecta a alrededor del 5% de las mujeres mayores de 55 años, entre quienes la enfermedad resultaría unas 5-10 veces más frecuente que en la población general.

Pese a las precisiones apuntadas, hay que tener presente que la AR realmente puede aparecer en cualquier período de la vida, sin excluir la infancia ni la adolescencia.

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4. ¿Por qué se produce la inflamación?

La inflamación de las articulaciones (artritis) se produce porque unas células del sistema inmunitario (linfocitos) atacan la membrana sinovial (membrana que recubre las articulaciones).

Si la inflamación se mantiene a lo largo del tiempo puede conducir a la destrucción articular y a la invalidez progresiva.

5. ¿Cuáles son los principales factores de riesgo?

La artritis reumatoide (AR) es la consecuencia de modificaciones en el comportamiento del sistema inmune (autoinmunidad), que ocurren por la interacción entre una cierta predisposición genética, factores hormonales y factores del entorno (infecciones, tabaquismo, etc.) a través de mecanismos que aún no se conocen por completo.

 

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Factores genéticos

Los factores genéticos incrementan el riesgo de que se desarrolle la enfermedad. Las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años apuntan a que la AR es una enfermedad poligénica, lo que significa que son varios los genes que estarían involucrados en su origen.

Esto no quiere decir que sea una enfermedad hereditaria, sino que existen ciertas variantes en algunos genes que predisponen a padecerla. Es el motivo por el que en algunas familias haya varias personas afectadas.

Conviene insistir en que los factores genéticos solo son predisponentes, y no determinantes, lo que significa que una persona que sea portadora de algún rasgo genético que potencialmente favorezca el desarrollo de AR no necesariamente acabará desarrollando la enfermedad.

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Farmacogenética

Un aspecto interesante de los estudios genéticos en AR es que, al igual que se han identificado variantes genéticas que confieren predisposición a padecer la enfermedad, e incluso orientan sobre su potencial gravedad, hay otras que permiten predecir la respuesta que se tendrá a determinados fármacos. Esta rama del conocimiento, actualmente en desarrollo, se conoce como farmacogenética y ayudará a diseñar tratamientos adaptados a las características de cada paciente. Ya se está aplicando en algunos tratamientos para el cáncer y se espera que en un futuro no muy lejano este conocimiento se pueda ampliar al tratamiento de la AR y permita realizar lo que se conoce como “medicina personalizada” o “medicina de precisión”.

Antecedentes de AR en la familia: El hecho de que padres, abuelos, hermanos o familiares cercanos de una persona hayan padecido o padezcan AR constituye un factor de riesgo a tener en cuenta.

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Factores ambientales

TABAQUISMO
El único factor ambiental conocido que puede contribuir a la aparición de la
AR es el tabaco. Los fumadores tienen más riesgo de padecer la enfermedad. Esto puede deberse a que el tabaco puede modificar algunas proteínas humanas que, de esta manera, se convierten en objetivos que nuestro sistema inmune pretende eliminar, provocando esta respuesta autoinmune.

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Fumar y estrés

Se ha encontrado una clara relación estadística entre el hábito de fumar y el estrés, de un lado, y el riesgo de desarrollar AR, sobre todo en las personas genéticamente predispuestas. Por ejemplo, se ha visto que, en muchos pacientes, las primeras manifestaciones y los brotes sintomáticos de la AR son precedidas por épocas de estrés y/o de incremento de consumo de tabaco.

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CLIMA Y HUMEDAD
El clima y la humedad no aumentan el riesgo de sufrir artritis reumatoide. Sin embargo, es cierto que algunos cambios climáticos, y en particular cuando el tiempo empeora, hacen que cualquier articulación dañada por esta o por otra enfermedad sea más dolorosa.

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INFECCIONES
Existe la posibilidad de que algunos microorganismos, como ciertos virus, o los
gérmenes causantes de la enfermedad periodontal (inflamación crónica de las encías), puedan jugar algún papel como desencadenantes de la respuesta autoinmune característica de la AR.

6. ¿A qué articulaciones afecta?

Las manifestaciones articulares son consecuencia de la inflamación articular y de las lesiones que se van produciendo a medio y largo plazo. Por ello, constituyen la expresión más característica de la artritis reumatoide: siempre están presentes, aunque, eso sí, varían en lo que respecta a su localización, intensidad y evolución

 

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Por orden de frecuencia, las articulaciones más afectadas son las de:

  • manos y los pies
  • tobillos y rodillas
  • hombros y articulaciones acromioclaviculares
  • codos y muñecas
  • articulaciones de la zona cervical de la columna vertebral
  • caderas

7. ¿Cuáles son los síntomas?

La artritis reumatoide (AR) puede producir síntomas fuera de las articulaciones:

 

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Fatiga

Uno de los síntomas más comunes de la AR, la fatiga, es a veces la primera señal de inflamación. La fatiga es un sentimiento de cansancio, agotamiento, pérdida de energía, debilidad física o sueño.

Sentirse constantemente cansado puede conducir a tensión y depresión. Y, si se agota físicamente, su sistema inmunológico estará menos apto para combatir la infección y la enfermedad.

Establecer prioridades, tomar decisiones inteligentes y conservar su fortaleza hará que pueda seguir haciendo la mayoría de las cosas que son importantes para usted.

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Inapetencia

La AR puede hacerle sentir enfermo, especialmente durante los periodos agudos (o episodios de exacerbación). Cuando se siente mal, no tiene ganas de comer, pero es primordial que se alimente de una dieta saludable y balanceada. Durante un episodio agudo, puede requerir más energía de la normal porque su cuerpo está trabajando más arduamente en hacerle sentir bien.

Trate de aumentar su energía consumiendo más calorías de los alimentos.

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Cambios de peso

Es común experimentar cambios de peso con la AR. Eso es porque su cuerpo está enfermo y puede hacerle perder el apetito, o un súbito estilo de vida sedentario puede originarle aumento de peso. La pérdida de peso intencional puede volverse peligrosa. Puede dejarle exhausto, débil e interferir con su tratamiento.

Hable con su doctor acerca de cómo mantener un peso saludable con la AR.

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Fiebre de baja temperatura

La AR a menudo se acompaña de una pequeña fiebre, que puede ser uno o dos grados más alta que lo normal. La fiebre es un importante mecanismo de defensa del cuerpo contra la infección.

Aunque la fiebre indique que el cuerpo está librando una batalla, la fiebre está luchando por usted, no en su contra.

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Nódulos reumatoides

En ocasiones aparecen bultos o nódulos duros debajo de la piel en zonas próximas a las articulaciones, son los llamados nódulos reumatoides. Aparecen en una de cada tres a cinco personas con AR, su tamaño es variable (generalmente menores de 1-2 cm) y se localizan típicamente en áreas de presión como los codos, antebrazos, dedos de las manos y tendón de Aquiles.

De forma más rara los nódulos reumatoides pueden aparecer en el interior del organismo, en los pulmones, en el corazón o los ojos.

8. ¿Qué manifestaciones extraarticulares se pueden presentar?

Para entender su artritis reumatoide (AR), es importante ser consciente del impacto que tiene en todo su cuerpo, no sólo en sus articulaciones. Aquí se muestra cómo afecta la artritis al resto del cuerpo:

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Sangre

ANEMIA

La reducción del número de glóbulos rojos puede causar cefalea y fatiga, entre otros síntomas. La inflamación descontrolada de la AR puede producir anemia.

Una inflamación muy alta también puede provocar trombosis, o un aumento de plaquetas que provoca coágulos sanguíneos.

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Síndrome de Felty

Es una condición que se caracteriza por un bazo agrandado y una cuenta baja de leucocitos. El síndrome de Felty es una complicación poco común de la AR severa y duradera. Las personas con este síndrome pueden presentar mayor riesgo a infecciones y linfoma, un cáncer de las glándulas linfáticas.

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Vasos sanguíneos

VASCULITIS

La vasculitis o inflamación de la pared de los vasos sanguíneos es una de las manifestaciones extraarticulares más características de la AR. La pared de los vasos sanguíneos es rica en tejido conectivo, y por ello es una diana preferente para los autoanticuerpos que fabrica el sistema inmunitario de las personas que padecen AR. Por eso, si su pared se inflama, tanto el diámetro del vaso sanguíneo como el flujo de sangre que pasa por su interior se reducen. En consecuencia, también disminuye el aporte de nutrientes y oxígeno que reciben los tejidos afectados, y también se incrementa el riesgo de que se formen coágulos sobre la superficie interna de la pared del vaso con la consecuente obstrucción de la circulación.

A pesar de todo ello, se estima que sólo en el 1-4% de las personas con AR se detectan signos o síntomas relevantes que se puedan atribuir a la vasculitis, aunque este porcentaje es algo superior en los portadores de factor reumatoide u otros autoanticuerpos y, en general, en los casos más graves y en las fases más avanzadas.

La vasculitis asociada a la AR comúnmente afecta los vasos sanguíneos que abastecen la piel. Así como la AR, la vasculitis puede implicar a muchos órganos del cuerpo, como ojos, riñones y corazón.

Los síntomas de la vasculitis que debe observar incluyen el desarrollo de úlceras en las piernas o bajo las uñas o blanco de las uñas.

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Corazón

PERICARDITIS

La única manifestación cardíaca realmente frecuente en la AR es la pericarditis o inflamación del pericardio, el manto que recubre por fuera el corazón. Esta cubierta está compuesta básicamente por tejido conectivo, y por ello constituye una diana preferente de los autoanticuerpos fabricados el sistema inmunitario de las personas con AR.

La pericarditis se presenta en alrededor de la mitad de las personas con AR, pero es particularmente habitual en las fases avanzadas, en los portadores de factor reumatoide u otros autoanticuerpos y en quienes presentan nódulos reumatoides. No obstante, en algunas ocasiones constituye la primera manifestación de la AR.

ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR

La única manifestación cardíaca realmente frecuente en la AR es la pericarditis o inflamación del pericardio, el manto que recubre por fuera el corazón. Esta cubierta está compuesta básicamente por tejido conectivo, y por ello constituye una diana preferente de los autoanticuerpos fabricados el sistema inmunitario de las personas con AR.

No fumar y hacer ejercicios de forma regular son muy importantes en las personas con AR.

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Pulmones

PLEURITIS

La afectación de los pulmones es muy común entre las personas con AR, aunque en la mayoría de los casos no provoca síntomas lo suficientemente específicos ni graves, y su presencia sólo se advierte en las radiografías u otras exploraciones complementarias que se solicitan en las revisiones médicas periódicas.

El pulmón se puede ver afectado por la AR de diversas maneras:

DERRAME PLEURAL

Es un acúmulo de líquido en la pleura, ese espacio que rodea los pulmones. Es la manifestación pulmonar más frecuente; sin embargo, muchas veces pasa desapercibida y no suele ser grave.

NEUMONITIS

Es la inflamación de los pulmones y aunque es una complicación poco frecuente, puede ser seria. Se da con más frecuencia en fumadores, varones o personas con enfermedad más avanzada.

Esta es otra de las razones importantes para que las personas con AR no fumen.

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Síndrome de Sjögren

Con frecuencia las personas con artritis reumatoide padecen el llamado síndrome de Sjögren, una enfermedad que produce inflamación de las glándulas que lubrifican diversas partes del organismo como las lágrimas en los ojos, la saliva en la boca o las secreciones vaginales. La consecuencia de este proceso es conjuntivitis, sequedad ocular que se manifiesta como “sensación de arenilla en los ojos”, sequedad bucal y vaginal.

Otras manifestaciones

Las personas con artritis reumatoide tienen con mayor frecuencia que el resto de la población otras enfermedades asociadas, como osteoporosis (descalcificación de los huesos) y problemas vasculares como la arteriosclerosis.