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DOLOR

El dolor

El dolor es “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular real o potencial o descrita en términos de tal daño”, según la definición de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), por sus siglas en inglés.

 

Diversas encuestas realizadas en nuestro país muestran la población que afirma haber padecido dolor:

 

últimas 48h:

alrededor del 30%

últimos 7 días:

+ 40%

últimos 6 meses:

casi un 80%

Tanto su frecuencia como su intensidad son mayores en las mujeres y aumentan con la edad.

 

Los dolores más frecuentes son, sobre todo, dos:

    • Dolor osteoarticular (principalmente la lumbalgia)
    • Cefaleas

Y a mayor distancia:

    • Dolor torácico
    • Dolor abdominal

 

El dolor osteoarticular con frecuencia es crónico y afecta en gran medida a la calidad de vida y a la capacidad para desarrollar las tareas diarias. Además de los costes directos que implica su tratamiento, conlleva unos costes indirectos muy elevados en pérdidas de horas de trabajo y disminución del rendimiento.

La escala del dolor

No existe método científico que haga “medible” el dolor, y su percepción va acompañada de un amplio grupo de matices y sensaciones que pueden incrementarla.

 

Entonces, ¿cómo se evalúa su intensidad?

 

La subjetividad del concepto y las variaciones interindividuales han llevado a recomendar el uso de escalas de dolor unidimensionales como la Escala Visual Analógica (EVA), la Escala Numérico Verbal (ENV) o la Escala Verbal Simple (EVS).

 

También en reumatología es muy importante la valoración del dolor recurriendo a escalas clínicas. Sin embargo, ningún estudio publicado en los últimos 25 años ha explorado las preferencias de los pacientes para las 2 escalas clínicas más frecuentemente utilizadas: Escala Visual Analógica (EVA) y la Escala Verbal Simple (EVS).

Es una escala categórica verbal del dolor. El paciente elige la palabra que mejor describa la intensidad de su dolor.

Es la escala multidimensional más utilizada.

 

Consta de 3 categorías (emocional, sensorial y evaluativo), con una serie de descriptores que permite a los pacientes describir su dolor con mayor precisión.

 

En 1986, la Organización Mundial de la Salud publicó la Escala Analgésica (EA OMS), un protocolo de tratamiento del dolor oncológico con una escala de 3 peldaños, que actualmente incluye hasta 5.
Se fundamenta en el uso de fármacos que, mediante una escalada sencilla, permiten controlar el dolor en el 70-95% de los casos de dolor oncológico.

 

En pacientes con enfermedades reumatológicas, además de tratar el dolor, es muy importante conocer el tipo de enfermedad que presenta el paciente. De hecho, existen pacientes con dolor osteoarticular para los que no es adecuado o está incluso contraindicado seguir esta escala.

 

Tipos de dolor

Su clasificación puede hacerse en función de diversos criterios:

Según su duración

Según su origen

Según su localización

Según su curso

Según su intensidad

Según su sensibilidad al tratamiento

Tratamientos del dolor

El dolor, incluido el dolor crónico y en especial el dolor de intensidad moderada/severa, exige un tratamiento personalizado que solo puede pautar el médico.

 

Dependiendo del tipo de dolor, no solo se prescriben medicamentos, (analgésicos o medicinas complementarias), sino también medidas de rehabilitación física o psicológica, terapias complementarias como la acupuntura, quirúrgicas, etc.

Ejercicios para aliviar el dolor

Accede a nuestro apartado de recursos donde encontrarás material descargable sobre ómo aliviar el dolor

Según su duración:

  • Dolor agudo: de corta duración y con escaso componente psicológico.
  • Dolor crónico: ilimitado en su duración y acompañado de componente psicológico.



Según su origen:

  • Dolor nociceptivo: producido por un estímulo directo (lesión, inflamación, infección, enfermedad).
  • Dolor neuropático: originado por un estímulo directo del sistema nervioso central o una lesión de los nervios periféricos.
  • Dolor psicógeno: tiene una causa psíquica (depresión, hipocondría) o a la intensificación desproporcionada de un dolor orgánico que se debe a factores psicológicos.
  •  

Según su localización:

El dolor nociceptivo se divide en

  • Dolor somático: cuando se estimulan los receptores de la piel, el sistema musculoesquelético o vascular.
  • Dolor visceral: debido a lesiones o disfunciones de los órganos internos. Es profundo, continuo y mal localizado.
  •  

Según su curso:

  • Dolor continuo: presente a lo largo del día y no desaparece.
  • Dolor irruptivo: exacerbación del dolor repentina y transitoria.
    • Incidental: existe un factor desencadenante como el movimiento, la ingesta o la defecación.
    • Idiopático o espontáneo: no existe factor desencadenante.
  •  

Según su intensidad:

Leve: no interfiere en la capacidad para realizar las actividades diarias.

Moderado: dificulta esas actividades.

Intenso: interfiere incluso en el descanso.

Según su sensibilidad al tratamiento:

Se emplean:

  • Clasificaciones como la que se basa en su respuesta a los opioides (buena, parcial o escasa).
  • Términos como dolor difícil (cuando no responde a la terapia analgésica).