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LUPUS

¿Qué es el Lupus?

El lupus es una enfermedad autoinmune en la cual el sistema inmunológico ataca por error sus propias células y tejidos. Al confundirlos con partículas extrañas, produce anticuerpos contra estos tejidos sanos y provoca una reacción inflamatoria.

 

Puede afectar distintos sistemas y órganos del cuerpo como la piel, las células sanguíneas, las articulaciones, el cerebro, el corazón, los pulmones o los riñones.

 

Se desconocen sus causas. Si bien la genética juega un papel importante, no es el factor determinante, y  existen varios factores de riesgo que contribuyen al desarrollo de la enfermedad, como pueden ser el sexo, la edad o la raza.

 

Además de los factores de riesgo, existen algunos desencadenantes que pueden hacer que una persona con predisposición hereditaria desarrolle lupus, como pueden ser la exposición al sol, las infecciones, el uso de algunos medicamentos, el estrés, el tabaco o la dieta. 

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¿Por qué se llama así? Lupus significa “lobo” en latín, y el origen del nombre se debe a que esta enfermedad puede originar una erupción en la cara similar a las marcas que tienen algunos lobos en el rostro.

Frecuencia de la enfermedad

El lupus afecta más a las mujeres que los hombres y puede presentarse a cualquier edad. 

2 de cada 1.000

españoles padece Lupus, según estimaciones

9 de cada 10 afectados

son mujeres

De 15 a 45 años

es más frecuente

Principales síntomas

El lupus presenta una amplia variedad de síntomas, que tienden a aparecer y desaparecer, sin seguir un patrón. Cuando estos síntomas aparecen y se intensifican, en un período de mayor actividad de la enfermedad, se llama brote.
La intensidad del brote puede variar de leve-moderado a fuerte.

Algunos de los síntomas del lupus pueden ser:

Generales

Artritis y artralgias

Piel y mucosas

Fenómeno de Raynaud

Enfermedad renal

Afección neuropsiquiátrica

Manifestaciones cerebrovascular

Manifestaciones pulmonares

Gastrointestinales

Gastrointestinales

Hematológicos

Síndrome antifosfolípido

Consejo

¿Qué hacer ante algún síntoma?

Ante la presencia de síntomas, lo más recomendable es acudir al médico.
Reconocer las señales de alerta antes de que ocurra un brote ayuda a prevenirlo o suavizar sus síntomas.

Cómo se diagnostica

Obtener un diagnóstico puede ser difícil y tardar meses o años, debido a la variedad e intermitencia de los síntomas.

Para su diagnóstico, el médico debe considerar:

Historial

Se revisa el historial clínico del paciente y antecedentes familiares.

Examen

Se hace un examen físico completo.

Análisis

Puede solicitarse un análisis de sangre.

Biopsia

Se realiza una extracción de muestras de la piel o de los riñones para examinar con un microscopio.

Tipos de Lupus

Representa alrededor del 70% de los casos de lupus. Van de muy leves a severos y pueden afectar varias partes del cuerpo y causar dolor en las articulaciones, fatiga, alopecia (caída del pelo), sensibilidad a la luz, fiebre, sarpullido y problemas renales.

Provoca erupciones cutáneas (sarpullido), lesiones, alopecia, úlceras, fotosensibilidad o inflamación de los vasos sanguíneos de la piel (vasculitis).

Existen 3 clases de lupus cutáneo:

LUPUS ERITEMATOSO DISCOIDAL

Se denomina así porque la erupción suele tener forma de disco. Las lesiones a menudo son rojas, con relieve y escamosas. Generalmente no duelen, pero pueden causar cicatrices o decoloración permanente de la piel. Las lesiones discoidales también son muy sensibles a la luz. Algunas personas con este tipo de lupus desarrollarán LES.

 

LUPUS ERITEMATOSO CUTÁNEO SUBAGUDO

Genera extensas lesiones rojizas escamosas en las partes del cuerpo más expuestas al sol y a la luz artificial, como brazos, cuello y hombros.

Aproximadamente el 50% de las personas con lupus cutáneo subagudo también tienen LES.

 

LUPUS CUTÁNEO AGUDO

Las lesiones ocurren en quienes están pasando por un episodio de exacerbación del LES. La forma más común es un sarpullido en forma de mariposa, distribuido sobre las mejillas y el puente nasal.

Algunos fármacos para enfermedades crónicas como hipertensión, epilepsia o artritis reumatoide pueden originar este tipo de lupus. Aunque es similar al LES, los síntomas a menudo desaparecen cuando se suspende el medicamento.

Aunque no es frecuente, el lupus neonatal puede afectar a los hijos de las madres con lupus, que les transfieren anticuerpos de madre a feto, en el útero. Los síntomas son sarpullidos, problemas hepáticos y bajo recuento de glóbulos. En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen después de unos 6 meses y no implica necesariamente que el bebé vaya a desarrollar lupus más adelante. 

Tratamiento

Aunque actualmente no tiene cura, el lupus se puede controlar con un programa de tratamiento y monitorización adecuada.

 

 

El objetivo de los tratamientos es mantener el lupus bajo control y minimizar los síntomas, con medicamentos que buscan: 

Evitar, prevenir y minimizar el daño en los órganos.
Evitar recaídas y tratarlas cada vez que se presenten.

OBJETIVOS
DE LOS TRATAMIENTOS

Controlar los síntomas como el dolor en las articulaciones y la fatiga.
Reducir la inflamación provocada por el lupus.
Inhibir la hiperactividad del sistema inmunológico.

OBJETIVOS
DE LOS TRATAMIENTOS

Controlar los síntomas como el dolor en las articulaciones y la fatiga.
Evitar, prevenir y minimizar el daño en los órganos.
Evitar recaídas y tratarlas cada vez que se presenten.
Reducir la inflamación provocada por el lupus.
Inhibir la hiperactividad del sistema inmunológico.

Recomendaciones generales

Son 10 recomendaciones para los afectados con lupus preparadas por la Sociedad Española de Reumatología (SER):

Referencias bibliográficas consultadas

 

 

 

 

  • Sociedad Española de Reumatología (SER): www.ser.es

 

 

  • Guía de Práctica Clínica sobre el Lupus Eritematoso Sistémico. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Servicio de Evaluación del Servicio Canario de la Salud; 2013. Guías de Práctica Clínica en el SNS: SESCS Núm. 2012/02.

 

  • Barba PJ, Morgado-Carrasco D, Bois M, Feola H. Nuevos criterios de clasificación del lupus eritematoso sistémico (2019). Piel (Barc).2021;36(2):126-128.

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